Es un animal más nocturno que diurno, acostumbra a tener sus madrigueras en el agujero o en el alto de un árbol. Es un excelente trepador.
El mapache u oso lavador es un hermoso animal de 40 a 60 cm de longitud, a los que hay que sumar 20 a 40 cm de cola, y un peso que varia entre los 2 y los 12 kilos. Estas claras diferencias en cuanto a tamaño y peso se deben a la procedencia de las diferentes poblaciones que existen de mapaches, siendo las del norte mucho más grandes y pesadas que las del sur, y al sexo del ejemplar ya que los machos suelen ser mayores que las hembras.
La longevidad no va más allá de los 5 años para los animales salvajes, sin embargo, en cautividad puede extenderse hasta los 16 años.
El aspecto del mapache es inconfundible gracias a la presencia de una mascara o antifaz negro en la cara y a su peluda y anillada cola. La cabeza es bastante ancha, con unas orejas grandes y bien visibles, y termina en un hocico bastante puntiagudo. El pelaje, muy tupido, es predominantemente gris negruzco con algunos matices marrones o rojizos y presenta de 5 a 10 anillos negros a lo largo de toda la cola.
Frecuenta los ambientes arbolados o arbustivos, generalmente cerca del agua ya que se trata de un buen nadador. Más nocturno que diurno, los mapaches son unos excelentes trepadores y suelen tener su madriguera en un agujero en lo alto de un árbol (más de 3 metros de altura) no obstante también pueden esconderse en oquedades de rocas, tocones de árboles caídos, galerías excavadas por otros animales e incluso en construcciones humanas. Excepto durante los fríos inviernos, o en el caso de hembras con crías, cada guarida es ocupada sólo durante uno o dos días, ocupando cada vez otra diferente siempre en las proximidades de la anterior.
l mapache puede resultar excelente como animal de compañía si se le dispensan los cuidados y atenciones necesarios. Le encanta nuestra compañía y le es indispensable nuestro afecto si no queremos que se vuelva un animal arisco y desconfiado. Se trata de un animal muy inquieto y de enorme curiosidad, que no cesa de investigar constantemente su entorno escarbando y trepando por todos los lugares posibles, de manera que ningún rincón de la casa está fuera de su radio de acción. Esto supone un problema ya que nada le es inaccesible por lo que hay que vigilarle continuamente a fin de evitar un accidente: cables eléctricos mordidos, malas caídas, envenenamientos por ingestión de productos de limpieza, insecticidas, …